Nuestro post de hoy se inspira en una frase de Stephen Covey, el gurú de los buenos hábitos.
En su libro “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva”, cuenta que, comprender y ser comprendido (quinto hábito de los siete que enumera) es clave para las relaciones humanas y para comprender hay que saber escuchar.
Hemos insistido en muchos posts en la importancia de la escucha activa y de la asertividad y olvidar el egocentrismo porque ¿sabíais que según un reciente estudio de Globeone, el 43% de los eslóganes de las marcas son víctimas del egocentrismo más absoluto? Hacen referencia a la empresa y a la producto que ofrece pero se desentienden de quienes les han permitido o permiten estar donde están: al cliente o usuario. No hay escucha, no saben lo que realmente quieren.
También ocurre con muchos servicios de atención al cliente que no escuchan nada más que para dar la respuestas del argumentario previamente diseñado por la empresa, o los departamentos comerciales obsesionado en vender sin conocer las necesidades del posible cliente; dejar al margen del discurso al consumidor es perjudicial, dar la impresión de diálogo, cuando es solo un monologo y un continuo yo, yo, yo, es perjudicial. En definitiva, escuchar para contestar es perjudicial.
Escuchemos.
RG Comunicación