Tener claro el objetivo. Qué es lo que quiero que mi audiencia piense y haga.
No más de tres mensajes claros, concisos y contundentes. Los mensajes deben ser sencillos y diferentes. Lo mejor es ir intercalándolos en el discurso, al inicio, en el medio y al final de nuestra intervención.
Prepararse para las preguntas difíciles. Si no tenemos la información en ese momento es mejor ser sinceros y decir que buscaremos la información y la ofreceremos a los interesados.
Ajustar el mensaje y forma de comunicar a nuestra audiencia. Dependerá del medio que utilicemos para comunicarnos. No es lo mismo hablar por la radio, por la televisión o ante una audiencia en un auditorio
Poner la conclusión primero y después desarrollar la idea. Es un recurso que logra el enganche con la audiencia. Y lo más importante… hay que ser natural y escuchar a nuestro público.
RG Comunicación